La dieta en verano debe nutrirnos, mantenernos hidratados, proteger nuestra piel del sol y no hacernos engordar.
Cremas, sopas frías, ensaladas, brochetas, granizados, zumos, sorbetes… Recetas ligeras y refrescantes para mantenernos hidratados y bien nutridos en los días de verano, deben ser los protagonistas de nuestros menús.
BEBE MUCHO AGUA. El 70% de nuestro cuerpo es agua, de manera que la debemos reponer diariamente para que nuestro organismo pueda realizar correctamente todas sus funciones. Compramos mil y una cremas para mantener nuestra piel hidratada, pero nos olvidamos de lo más importante: hidratar nuestro cuerpo por dentro es la mejor manera de cuidar nuestra piel. Insistiremos entonces en alimentos que nos aporten agua, como las frutas y verduras y trataremos de ingerir líquidos: agua, té frío, café con hielo… antes de que aparezca la sed.
EVITA REFRESCOS Y ALCOHOL. Evitaremos las bebidas ricas en azúcares o con alcohol que no quitan la sed y lo único que hacen es incrementar las calorías que ingerimos al cabo del día, de manera que este tipo de bebidas son una de las causas por las cuales engordamos en verano.
LICUADOS. Un licuado de zanahoria y remolacha con unas gotas de zumo de limón para desayunar en verano, es una manera natural de potenciar un bronceado sano.
ENSALADAS VARIADAS. Serán el plato protagonista del verano. Cuantos más ingredientes lleven, mejor nutridos estaremos. Las prepararemos con las verduras y hortalizas de temporada: lechuga, tomate, pimientos, cebolla, pepinos, rábanos, remolacha, zanahorias, a las cuales añadiremos legumbres, pasta, arroz, patata o unas verduras hechas a la plancha…
¡Cuidado! Abusar de las ensaladas hará que hagamos trabajar en exceso a nuestro sistema digestivo, ya que deberemos digerir la verdura cruda.
VERDURAS AL VAPOR. Con la cocción, la fibra de las verduras se ablanda de manera que las verduras al vapor será una opción interesante para disfrutar de todas las propiedades nutritivas de la verdura y no tener problemas de hinchazón de abdomen y fermentaciones digestivas que hace que nuestras digestiones sean lentas y pesadas, luego alternaremos la verdura cruda con la cocida para no tener problemas de digestión.
Calabacín, calabaza, vainas, nabo, remolacha, tomate, zanahorias al vapor o a la plancha es otra opción sana para el verano, tratando de respetar la presencia de verduras de temporada.
LEGUMBRES. Deben estar presentes 2 días a la semana por su alto valor nutricional. En verano, formarán parte de cremas frías o ensaladas.
PESCADO. Aprovecharemos el verano para introducir el pescado de manera más frecuente en la dieta semanal, ya que es un alimento más ligero que la carne. Recordad que debe estar presente 4 días a la semana para prevenir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Así, formará parte de ensaladas, brochetas y también lo escogeremos como plato principal en un asador cuando nos reunamos con los amigos a disfrutar de una tarde de verano.
FRUTA DE TEMPORADA. Aguacate, albaricoque, cerezas, ciruelas, melocotón, paraguayo, melón, sandía, frambuesas, higos, nectarina, pera, plátano, son las frutas del verano que nos aportan fibra, vitaminas, minerales, agua y sustancias que potencian nuestras defensas frente a todo tipo de enfermedades.
Esta fruta rica en azúcar, suele ser una de las causas por las cuales subimos peso en verano de manera que no nos pasaremos de la 3-4 piezas al día.